dilluns, 7 de juny del 2010

ESTE NO ES EL CAMINO

Hace un tiempo leí el artículo de la una señora, periodista y escritora, que también fue política. Me admira su forma de pensar y su seguridad tajante de expresarse. En este caso hablaba de la prostitución, y rebatía rotundamente la ley de legalizarla, que quería implantar una Consellera del Gobierno. Con mucha educación y con muchos argumentos, dicha periodista le revoca su ley, a pesar de que empieza diciendo que le tiene simpatía "por su ímpetu y su tozudez inteligente".

Yo hace mucho que me pregunto, ¿para qué hay mujeres importantes, que son políticas, escritoras, licenciadas, universitarias o doctoradas? Los medios de comunicación por lo visto las tienen en cuenta y ¿qué hacen? Poner paños calientes a los problemas que tiene la sociedad, con el tema de violencia de género. Están ayudando a que la mujer no progrese, pero progresar no es la palabra justa. La mujer sólo quiere unos derechos y un respeto que como persona le pertenecen.

La prostitución es una maldad que degrada y atenta contra la dignidad de una mujer. Aporta dinero al proxeneta, que siempre es un hombre, pero también puede ser una "madame". Otras actúan, ejercen esta actividad, por su cuenta y riesgo, que suele ser clandestina, en secreto, por la gran vergüenza que supone para ellas mismas y para su entorno social.

Y si hay prostitutas, que se respeten como seres humanos que son, y muchos hombres no se confundan y no pongan a otras mujeres en su mismo saco.

Estas mujeres que ocupan cargos importantes, mientras actúen así, no las necesitamos para nada. Hemos de poner las cosas en su sitio, ser justas, no actuar bajo presiones, ni miedos, ni seguir tradiciones ofensivas para la mujer. No es querer echar leña al fuego, como dirían muchos. Es poner las cosa y las personas en el lugar que les corresponde.

Las mentalidades y los roles que tienen los hombres y las mujeres, no pueden cambiarse todo lo rápido que quisiéramos, tiene que ser más gradualmente... Y mientras van muriendo mujeres, siendo antes maltratadas, tanto física como psicológicamente. Estas últimas más silenciosas, pero no menos cruel el sufrimiento, algunas acaban pensando que son tontas o que tienen la culpa de todo, otras se suicidan. Muchas, tanto si se separan de sus parejas, como si no, sobreviven. Podemos decir que tienen suerte, pero ¿a que precio? Es un precio demasiado alto. El año 2010, por desgracia, avanza con muy pocas esperanzas. Ya hay 26 victimas de violencia machista, de género. Mujeres muertas. ¿Se dan cuenta del verdadero significado de esta frase? Ahora descubro con estupor, con tristeza, con dolorosa impotencia las críticas de algunas mujeres, diciendo que ahora las mujeres jóvenes son muy malas. Cuando la última víctima ha sido una mujer de veinte y cuatro años, asesinada por su novio, porque decidió que no quería casarse con él. Por lo visto el casarse y más por la Iglesia, el hombre se convierte en marido y cree tener unos derechos sobre la mujer, y ella el tener que aceptar los deseos, sean de su agrado o no. Lo más inconcebible y vergonzoso es que ellos, no son religiosos, ni católicos, ni creen en Dios, no obstante quieren casarse, para tener derechos sobre la mujer, al menos hacia el escaparate de la sociedad, no teniendo en cuenta las obligaciones y aferrarse a una ley que no creen. Son hipócritas, falsos llenos de maldad y asesinos. En una relación, existe el amor, el respeto, la comprensión, la admiración, ni derechos, ni obligaciones, ni una bendición, ni una la firma de papeles. Puede ser nefasto, tétrico.

¿Hemos de dejar nuestras vidas al capricho, al azar de unos psicópatas? Pues eso es lo que son. ¿Como si la vida y la muerte en sus manos fuera un juego? Ese no es el camino



Gloria Fandos Gracia



  • Publicat al Diari de Tarragona el 31 de maig de 2010 a l'apartat opinió